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Málaga se une al acto de consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María

El viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, durante la celebración penitencial que presidirá el papa Francisco en la Basílica de San Pedro a las 17.00 horas, el Pontífice consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Málaga se unirá al Santo Padre con su oración en las celebraciones de ese día en las distintas parroquias de la diócesis.

Esta consagración presidida por Francisco responde a la actual situación de guerra provocada por la invasión de Ucrania por el ejército ruso, que ha movilizado a la sociedad y a las fuerzas gubernamentales del mundo entero para detener el sufrimiento provocado por el conflicto. El Papa ha expresado: «Permanezcamos junto este pueblo martirizado, abracémoslo con el compromiso concreto y con la oración. Y, por favor, ¡no nos acostumbremos a la guerra y a la violencia! ¡No nos cansemos de acoger con generosidad, no solo ahora, sino también en las semanas que vendrán!». Su invitación es «a todas las comunidades y a todos los fieles a que se unan a mí el viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, en un solemne Acto de Consagración de la Humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María, para que ella, la Reina de la Paz, obtenga la paz para el mundo».

Después de las apariciones de Fátima, en las que la Virgen pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, ha habido varios actos de consagración a lo largo de la historia, como explica la Santa Sede en su portal de noticias VaticanNews: Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María, y el 7 de julio de 1952 consagró los pueblos de Rusia en la Carta Apostólica Sacro vergente anno. El 21 de noviembre de 1964, Pablo VI renovó la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II.


El Papa Juan Pablo II compuso una oración para lo que llamó un "Acto de Encomienda" que se celebraría en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, solemnidad de Pentecostés. Esta encomienda se explicitó durante el Año Santo de la Redención en el acto de entrega del 7 de junio de 1981, repetido en Fátima el 13 de mayo de 1982. En memoria del Fiat pronunciado por María en el momento de la Anunciación, el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II confía todos los pueblos al Corazón Inmaculado de María, en unión espiritual con todos los Obispos del mundo, previamente "convocados". Como recoge VaticanNews, «en junio de 2000, la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima, y el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que Sor Lucía, en una carta de 1989, había confirmado personalmente que ese acto solemne y universal de consagración correspondía a lo que quería la Virgen: "Sí, se hizo -dijo la vidente- tal como Nuestra Señora había pedido, el 25 de marzo de 1984"».


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